El Super Rugby de Nueva Zelanda apunta a ser el primer deporte en contar con asistencia de público en los estadios, tras la pandemia de coronavirus.
En Nueva Zelanda no solo regresaría el deporte a los campos de juego; sino también, los aficionados. El mencionado país lleva varios días sin presentar ningún contagiado por coronavirus, por lo que el sábado el Super Rugby tendrá asistencia de público.
El Super Rugby cuenta con la presencia de equipos de Nueva Zelanda, Australia, Sudáfrica, Argentina y Japón, pero como muchas fronteras continúan cerradas, Nueva Zelanda anunció que hará un torneo con las cinco franquicias del país.
Highlanders y Hamilton Chiefs serán los protagonistas del primer duelo con público post-coronavirus, el cual está pactado para este sábado 13 de junio.
“Estamos tremendamente orgullosos de ser la primera competición deportiva profesional que permitirá a sus equipos jugar delante de los aficionados”, precisó Mark Robinson, mandatario de la Federación de Rugby de Nueva Zelanda.
Cabe mencionar que esto se puede llevar a cabo gracias a que Nueva Zelanda no presenta casos de coronavirus en días. En total, el país tuvo 1154 infectados y 22 fallecidos.
Bajo las nuevas reglas, el distanciamiento social ya no es obligatorio y no hay límites en el número de personas que se pueden congregar, aunque aún no se permite la entrada de extranjeros en el país.
Ardern advirtió este lunes que el país volverá a registrar casos, añadiendo que la eliminación “no es un momento en el tiempo sino un esfuerzo sostenido”.
Nueva Zelanda ha registrado 1.154 casos de covid-19 y 22 muertes desde que el virus se detectó a fines de febrero, unas cifras muy positivas si se comparan con las de otros países.
Pero ¿cómo llegó el país a este favorable escenario?
El cierre total
El primer caso confirmado de covid-19 se registró el 28 de febrero en Nueva Zelanda. La enfermedad no avanzó mucho en las siguientes dos semanas, con solo seis contagios registrados hasta el 14 de marzo.
Aun así, la primera ministra Ardern ordenó ese día que todo viajero que llegara a su país, nacional o extranjero, se pusiera en cuarentena por 14 días sin excepciones, así como el veto a los cruceros, una medida difícil para un país muy vinculado al turismo.
La mandataria dijo que su plan incluía "las restricciones fronterizas más amplias y duras de cualquier país del mundo", pero eso era solo el comienzo. Para el 19 de marzo llegó el cierre total de fronteras.
Unos días después, presentó el sistema de alertas de cuatro niveles que para ese momento ya estaba en el 2 y el cual incluía también el cierre de cualquier espacio donde se reunieran más de 100 personas y la petición de quedarse en casa para ancianos y personas inmunodeprimidas.
La labor de Ardern
Nueva Zelanda tiene varios factores a su favor que le han facilitado la contención del virus, como el ser un país compuesto por dos islas mayores que fácilmente se pueden cerrar, así como tener una población relativamente pequeña: menos de 5 millones de habitantes.
También su sólidaeconomía ha permitido canalizar paquetes de ayuda, tanto para empresas como para residentes, compensando la falta de turismo.
Estas condiciones pueden ser difíciles de encontrar en otros países para aplicar la estrategia de la “eliminación”.
No obstante, la primera ministra Ardern también ha sido elogiada por el manejo de la emergencia.
Ha permanecido en contacto con la población durante el brote, abordando el impacto del encierro en la vida social y el bienestar mental de las personas, al tiempo que se ha abierto al escrutinio de la oposición.
Ha estado regularmente en Facebook, sonriendo y compartiendo fragmentos de su vida personal, pero nunca menospreciando la gravedad de la situación al responder las preguntas de las personas.
“Sé fuerte. Sé amable” es el lema con el que la primera ministra ha terminado casi todas sus apariciones públicas.
"Desde el principio, ha comunicado con cuidado y calma muchos problemas de salud complejos en torno al covid-19 allanando el camino para las decisiones del gobierno", dice a la BBC Sarah Robson, periodista de Radio Nueva Zelanda.
"Debido a que se había comunicado claramente sobre la trayectoria en la que estábamos en términos del aumento en el número de casos, cuando Jacinda Ardern dijo que íbamos a estar encerrados, la gente entendió por qué", añade.
El comité de respuesta a la pandemia está integrado por dos terceras partes de miembros de partidos opositores, y el otro tercio por funcionarios y legisladores afines.
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